Ay, linda amiga (Canción

Con música del Cancionero de Palacio ("Ay, linda amiga", s. XVI)

¡Ay, linda amiga!
(Cancionero de Palacio, s. XVI)

¡Ay, linda amiga
que no vuelvo a verte!
¡Cuerpo garrido
que me lleva la muerte!

***

No hay amor sin penas,
penas sin dolor,
ni dolor tan agudo
como el del amor;
ni dolor tan agudo
como el del amor.

***

¡Ay, linda amiga
que no vuelvo a verte!
¡Cuerpo garrido
que me lleva la muerte!

***

Levanteme madre
al salir el sol;
fui por los campos verdes
a buscar mi amor.
Fui por los campos verdes
a buscar mi amor.

***

¡Ay, linda amiga
que no vuelvo a verte!
¡Cuerpo garrido
que me lleva la muerte!



_________VERSIÓN DE ANNWN________

Comentarios

  1. El tema ¡Ay, linda amiga! pertenece al Cancionero de Palacio. Un cancionero era un libro en el que se recopilaban composiciones musicales para uso de una casa aristocrática, catedral u otras instituciones que albergaran una capilla musical.
    El Cancionero de Palacio constituye una antología de las canciones que se podían escuchar durante el reinado de los Reyes Católicos. Se conserva, actualmente, en el Palacio Real de Madrid. En él se encuentra tanto el texto como la música de las canciones profanas de la corte castellana de los últimos años del siglo XV y primeros del XVI. Se trata del primer cancionero de autor que aprovechó la nueva vía de la imprenta para su difusión editorial y, desde luego, el experimento del músico y poeta supuso un éxito editorial sin precedentes a juzgar por las sucesivas ediciones. La canción la canta un humilde pastor. Se entiende que los amores cortesanos de la época le quedarían demasiado grande a alguien sin cultura.


    El amor, la naturaleza (una naturaleza bucólica), la mitología, y otros temas como el carpe diem (goce de la juventud y de la vida) y el beatus ille (elogio de la vida sencilla y retirada) son el hilo conductor de la estética renacentisata, todo ello mezclado con el sentimiento religioso. En todas las artes (música, literatura, pintura,...) se va hacia una búsqueda de la expresión de los sentimientos y de las proporciones clásicas de la Antigüedad Griega. El Humanismo (el hombre como centro de todas las cosas) sustituye a la filosofía teocentrista (Dios como centro de todas las cosas)de la Edad Media.

    A finales del siglo XIX, el manuscrito fue redescubierto en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid por el compositor y musicólogo Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894), quién lo transcribió y publicó en 1890 con el nombre de “Cancionero musical de los siglos XV y XVI”. Parece que la obra es del conocido escritor y compositor contemporáneo Juan Del Encina.

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