Con otra música: "Vivía tranquilo"
Vivía tranquilo,
vivía feliz,
y hasta mí llegaron:
Tejados De Luis.
Le pinto el tejado
que soy albañil.
Teo me animaba
a decir que sí.
Lo hice y maldita
la vez que asentí,
que fue una chapuza
y pagué tres mil.
Pagué sin factura
¡Qué será de mí!
pagué sin el IVA
¡Y cuánto sufrí!
A los caballetes
dejan regulín
y más de una teja
rompieron allí.
Salieron goteras;
miré por allí
y había un pegote
de cemento gris.
Vinieron a verlo
lo arreglaron, sí
pero lo de dentro
es suyo: ¡a mi plin!
Encima a lo poco
me volvió a salir
el techo mojado:
¿No pueden venir?
Lo siento que llueve;
no puedo subir.
Un día que vienen
lo arreglan ¡por fin!
Pero al poco tiempo
vuelven a salir
y ya no responden
ni quieren venir.
Denuncio en Hacienda,
a Consumo acudí;
solo falta hacerlo
en la Guardia Civil.
Esta moraleja
te regalo a ti:
Cuando te propongan
un trabajo así:
Si vienen de lejos
me da en la nariz
que engañan o vienen
engañados aquí.
Como la vida misma; porque vida es. Esta empresa de desarreglar tejados, Tejados De Luis, me produjo una gotera y se negaron a repararla. En un momento dado aceptaron (vía email) pintar los desperfectos; pero terminaron por desentenderse. Si se ofenden, tiro de la lengua...
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