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La zurra es una conocida canción de Brassens donde
aborda, con mucho humor, un tema escabroso: el sadomasoquismo. El asunto está
tratado con tanta imaginación e ironía que resulta casi inocente. En el fondo
esconde corrosivas reflexiones sobre las convenciones sociales, la muerte, el
amor (el sexo) y las perversiones. Brassens se mueve con astucia en el plano de
la comicidad para exponer una pulsión sexual de relativa frecuencia. Todo se
mueve en el plano amable de la broma y el chiste, pero deja ahí esa bomba de
profundidad. La broma del final (en el video karaoke corre de mi cargo. La ley
(de la moralidad) se impone.
Cuenta René Fallet que, de todo el trabajo de Brassens, La
zurra, es una de sus canciones favoritas. Las palabras son tan sugerentes
que uno imagina la escena con precisión, en todos sus detalles. El escenario es
mortuorio, inusual (una capilla con velas), la historia es amoral (el coqueteo
con la esposa de un amigo en torno a sus restos mortales), con el sexo más que
sugerido “la fêlure ètair congénitale” ("¡mentiroso, la raja era
congénita!") Y hay mucho humor “en tablier d’sapeurt” ("un
delantal de zapador, mi bigote”, -piensa-) y ternura ("y el tercer golpe
fue solo una caricia"). Ciertamente se trata del Brassens más grande. Una
forma de profanar la muerte. ¿Porqué esta canción no es más conocida? - se
peguntarán algunos.
Todos los humores, el negro, el rosa, el británico, el
absurdo, lo mecánico y así sucesivamente hacen de La Zurra este
delirante monumento frente al cual un Desnos, un Bretón, un Jarry se habrían
quitado los sombreros. En ella, Brassens se divierte en libertad y se uno pude imaginarse
fácilmente su sonrisa mientras escribía esta maravillosa enormidad: "Y
tuvimos una pequeña cena a la luz de las velas". En estos tiempos de
mensajes, éste evoca a los que se leen en las paredes cuando nos sentamos para pensar
en el WC, en frases como "M... para el que lo lea”. Hoy en día, se
habla mucho de varias "desmitificaciones". Esta desmitificación de
una vigilia funeraria se parece mucho a... una mistificación. No he leído
muchos versos así.
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