La rosa, la botella y el apretón de manos (artículos)
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Brassens utiliza aquí una estructura parecida a las fábulas (parece que tenía un libro de La Fontaine, regalo de Jeanne, en su mesilla y lo apreciaba mucho); pero en vez de animales utiliza aquí una planta hermosa, una bebida y un gesto (los tres objetos que han de compartirse, según el autor).
En el tercio, correspondiente a la rosa, deja traslucir el poco aprecio, reflejado en toda su obra, por los héroes populares (especialmente los "patriotas", "policías", "militares...") y, posteriormente, el desprecio (incluso el miedo y los prejuicios) de las damas "bienpensantes" de la sociedad burguesa...
En el segundo tercio, con la botella como protagonista, son los buenos hombres de la sociedad quienes desprecian una oferta generosa (con otra colección de prejuicios) y añade una fina sátira al sugerir que el agente de policía se la bebe tras decomisarla.
En la última parte un apretón de manos, un inofensivo y gratuito gesto de campechanía y afecto (una simbólica expresión de la amistad), igualmente es despreciado y mal interpretado... Todo un himno sobre la falta de humanidad de las gentes de hoy.
"La Rosa, la botella y el apretón de manos" es
un magnífico título para una fábula y es también una gran fábula de nuestro
tiempo, donde la indiferencia del hombre con el hombre es igualada sólo por el
odio... Rechazados por todos, los justos y los generosos, ven regularmente que
sus ofrendas fracasan en las manos simbólicas de la policía. Los exégetas de
los textos cristianos (pero ¿quién no es cristiano, excepto algunos
mahometanos?) serán capaz de descubrir
aquí la parábola de su elección. Excepto que esta es una canción tan pesimista
que no termina en la redención.
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