La andropausia (artículos)

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En 1956, Georges Brassens sacó su sexto álbum con el título de El pornógrafo, tomando el título de un libro de Rétif de la Bretonne dedicado a la prostitución. Por esta canción, Brassens finalmente se define: ¡será el "pornógrafo del fonógrafo, la broma de la canción"!
Hay pocos textos en los que Brassens hable de él directamente. Así, además de "El pornógrafo", enumeramos los siguientes títulos: "Las trompetas de la fama", “El boletín de salud” (donde tranquiliza a los curiosos "Follo, follo" ...) y "La andropausa" que es una de sus últimas canciones y que no tendrá tiempo de grabar. Pero no se equivoquen, si habla muy alto sobre su sexualidad, guarda silencio sobre su vida privada y su amor íntimo.
Podemos encontrar el tema en el álbum de Jean Bertola:"Les dernières chansons inédites de Georges Brassens" de 1982.
1 - Quand les cons sont braves,
2 - Méchantes avec de jolis seins,
3 - Dieu s'il existe,
4 - Le vieux Normand,
5 - Le passéiste,
6 - Ceux qui ne pensent pas comme nous,
7 - La visite,
8 - La nymphomane,
9 - Clairette et la fourmi,
10 - Entre la rue Didot et la rue de Vanves,
11 - L'andropause,
12 - Entre l'Espagne et l'Italie,
13 - La maîtresse d'école,
14 - Ce n'est pas tout d'être mon père,
15 - Le sceptique,
16 - Retouches à un roman d'amour de quatre sous,
17 - Le pêcheur.

Un día, Brassens murió. Sí, lo hizo; y, por desgracia, como todo el mundo. A mí también, como me ves, me puede pasar algún día. Estamos aquí, escribiendo felizmente reseñas, y de repente nos enteramos de que Maître Gims acaba de sacar un nuevo disco... y nos venimos abajo. Todo lo que somos es polvo en el viento. En resumen, Brassens ha muerto. Y también como todos los grandes, porque siempre son los mejores los que se van. Aunque los idiotas también lo hagan. Gracias, Dios.
Y como Brassens había seguido escribiendo un montón de canciones cada día, trabajadas a la perfección, todavía había todo un patrimonio que cantar. Como hubiera sido lamentable que nadie la cantara, fue Jean Bertola, amigo de Brassens, quien lo hizo. Y de una manera hermosa. Con respeto. Al pie de la letra. Todo ello sin perder el espíritu y con una voz no muy alejada del registro del maestro. Y con un poco más de acompañamiento (piano, batería) que demuestra, si es que aún fuera necesario, la calidad de las melodías compuestas por el viejo bigotón.
Y aquí está uno de los dos álbumes dedicados a estas obras inéditas donde me gustan especialmente "Quand les cons sont braves" que curiosamente me recuerda algunos acontecimientos trágicos recientes, "Méchante avec de jolis seins" (los dos no son incompatibles), "Dieu s'il existe, il exagère", "La visite", una canción sobre la tolerancia, "Entre la rue Didot et la rue de Vanves" en un París de la ocupación, "L'andropause" donde Brassens nos cuenta que su comercio carnal nunca ha sido más floreciente y "La maîtresse d'école" con sus insólitos métodos de enseñanza.
El resto del álbum está repleto de letras de gran calidad del que sigue siendo el mejor letrista de la chanson francesa, dándole sus cartas de nobleza mientras otros, con buena salud, siguen arrastrándola por el barro década tras década. ¿A quién queremos engañar? Dios, si existe, está exagerando.
(“Dernières chansons de Brassens par Jean Bertola. 1989”)

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