El medieval (otras)

 El medieval


(Ramón García)

1
El reproche que, en conclusión,
a mis padres puedo hacer yo
es no haberse antes decidido
a jugar al “aquí te pillo”.
Nací, ni siquiera bastardo,
con algún siglo de retraso.
Noble Príncipe, perdonad,
soy fatalmente medieval.
2
No haber vivido yo lamento
allá por el mil cuatrocientos.
A mis amigos hallaría
en el Bodegón de La Piña,
a los gárrulos del argot,
a los novios de Montfaucon,
a sus ilustres señorías
del país de la truhanería.
3
Con la panza bien satisfecha
y apurada toda vergüenza,
yo saldría tras de Villón
a la caza de la ocasión,
remangando a las concurrentes
al cementerio de Inocentes,
mis amores, los de estos años,
no sufráis por celos de antaño…
 4
A las monjas cortejaría,
tanto madres como novicias,
que, si se daba la ocasión,
no decían siempre que no.
Que saltaban los muros de
los conventos y alguna vez
los favores iban contando
con las cuentas de su rosario.
5
Considerando que, a su gusto,
cuatro evangelios no son muchos,
abrazaban en el “oremus”
la palabra nueva de Venus.
Es la abadesa de Pourrás
buena prueba, y siempre será
soberana del puterío
monacal del barrio Latino.
6
Con el tiempo un buen soldado
me empujaría hasta el cadalso.
Bien ajustada la golilla,
piernas al aire, expiraría.
La mandrágora salpicando,
hierba vital del ahorcado,
y bendiciendo con los pies
a la chusma apenada después.
7
Esto solo es una canción
si nos ponemos en razón.
Hoy las coliflores florecen
en las tumbas de los Inocentes.
Y La Piña, entrañable antro,
no es más que un bar americano.
Todo está de capa caída
en el reino de la truhanería.
8
He de morir, no en Montfaucon,
como un bobo sobre un colchón;
moriré, nada descarriado,
con quinientos años de atraso.
Que mi postrera reflexión
sea un verso de François Villon,
y que me lleve entre las manos
algún copo de nieves de antaño…
Que mi postrera reflexión
sea un verso de François Villon…
Noble Príncipe, perdonad,
soy un jodido medieval.


El medieval, por RGT

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