Cuerno de Uro (artículos)

Comentarios


El Uro (Arouch) es, según el diccionario Larousse, una especie de ternera salvaje, ahora casi extinta. La canción está fechada en 1952, pero no fue publicada en ningún disco de estudio entonces. Está dedicada a uno de sus mejores amigos, Emile Miramont, a modo de cómica venganza por sentirse traicionado en sus antiguas y comunes ideas anarquistas. El aludido tardó más de un año en enterarse de que esta canción circulaba por ahí.
Brassens y sus amigos habían instaurado la costumbre de realizar una "fiesta prehistórica". Georges actuaba entonces como editor en jefe en el periódico anarquista "Le Libertaire". El clima anarquista en el que vivían correspondía a su temperamento fundamentalmente individualista, hostil a la explotación burguesa de la sociedad ... Y, en consecuencia, hostil a cualquier progreso material que reforzara este conformismo burgués. De ahí surgió la idea de destruirlo todo; destruir este progreso que, al final, era la fuente de todas las miserias de la sociedad. Habían decidido construir un proyecto para fundar un partido, del cual Georges se había erigido en miembro fundador, presidente y solo miembro activo. Era el partido prehistórico, el movimiento primitivista. Esto los llevó a una especie de retorno al punto cero en el que solo la fuente benéfica, el árbol nutritivo, y la cueva tutelar existían por derecho propio. Cualquier interferencia de una mano humana en el orden natural sería la peor abominación. Ante una revolución tan rotunda, Georges pensó que ya no podía llamar a su amigo Emile Miramont por su nombre de pila, de ahí que le bautizó "Cuerno de piedra". Fonéticamente, al aludido, no le gustó demasiado y, desde luego, no le parecía lo suficientemente agresivo cuando había mucho dinamismo en la idea de esta revolución. Solicitó entonces una corrección que le fue concedida por unanimidad. Así que lo cambiaron a "Cuerno de Uro". El resto de compañeros de a bordo de Brassens también tenían su apodo: "Gibraltar" (Pierre Onteniente), "Sócrates" (Jacques Canetti), "La Tigresse" (Patachou)... El propio Brassens se bautizó como "Ojo de Mamut" ('Oeil de Mammouth').
Miramont cuenta en su libro: "Brassens avant Brassens" que La canción fue escrita después de que Emile dejara Impasse Florimont (el mismo callejón en el que fue vecino de Brassens durante los años anteriores) a fines de 1947. Tenía un fuerte espíritu familiar y, para las vacaciones de Navidad, quería besar a su familia que vivía en los Gers. Se las arregló para recoger unos centavos y comprar un billete de tren. Georges le acompañó en el andén de la estación. Una vez que llegó a su destino, se encontró con el auténtico sabor del bistec (¡no había demasiada buena carne en el callejón sin salida Florimont!) Los sermones paternos le convencieron finalmente de que era mejor quedarse en su provincia que regresar a París. Georges tomó muy mal esta decisión. Por eso escribió Corne d'Aurochs. Pero con todo, -aclara él mismo- no debe tomarse la canción como un panfleto personal, algo desagradable o vengativo para su persona. La considera como una broma con la que ciertamente se divirtió mucho y pensó que yo también me divertiría escuchándolo.
Y al final del todo, resultó que la canción estuvo en nuestra cabeza durante mucho tiempo y que todos ellos (sus amigos) son el "Cuerno de Aurochs" de la tierra ¡y Dios sabe si no habrá alguno que se lo tomara con desagrado! Pese a tan demoledora y divertida crítica, Emile y Brassens mantuvieron su amistad. Emile cuenta que escuchó esa canción en Patachou's en 1951. Michel Jaubert, el jefe de los Compagnons de la Chanson, a quien conoció en el salón Patachou y a quien Georges le presentó, le avisó cuando Brassens comenzó a interpretarla un día. La conversación se detuvo cuanto comenzó la canción de Georges en la que se pronunciaba el nombre "Corne d'Aurochs" y Emile abrió los ojos de par en par mientras Jaubert le gritaba: "Cómo, ¿no conoces a Corne d Aurochs? Había pasado ya casi un año desde que Georges la había grabado; pero en las provincias, las cosas no suceden como en París. El aire de París, el clima de París significa que todo se conocía muy rápidamente, todo inmediatamente adquiría una proporción tal que solo el que quiere ignorar las cosas las ignora.
(Extractos de Brassens antes de Brassens Emile Miramont en traducción libre)

La canción Corne d'Aurochs proviene del primer álbum lanzado en 1952 y nos brinda la descripción de Emile Miramont, uno de los amigos de la infancia de Brassens. Se conocían desde los ocho-nueve años. Debido a que a Brassens le gustaba poner apodos a todos los que le rodeaban, Emile fue al principio llamado el Cuerno de Roc que más tarde se convirtió en el Cuerno de Uro. En 2001, en el libro Brassens antes de Brassens, escrito por Miramont, encontramos una descripción de la fase temprana de Brassens, tiempo antes de su famosa carrera como cantante. La canción en sí nos da una caricatura de Miramont que inicialmente fue pensada más bien para hacer reír a los otros miembros de su banda de amigos. Encontramos una opinión de los oyentes de Brassens que decía: "Después de 2 o 3 años de lucha compartida con el grupo, Corne d'Aurochs se casó, encontró un trabajo estable. de ahí la canción resulte vengativa (suavemente). Mirando estos versos, es evidente que Brassens se burla de varios aspectos de la vida de Emile Miramont. En primer lugar, los rasgos de su personalidad, ficticios o no; en segundo lugar, el comportamiento de su esposa después de su muerte.
(Comentarios de fuente no datada, traducidos libremente)

Corne d'Aurochs tiene un poco de historia. Es una canción de represalia. ¡Sí, represalia! Corne d'Aurochs era el apodo de un amigo de Brassens. Un amigo que, por desgracia, le jugó una mala pasada. En esta canción vengativa, Brassens presentó los peores defectos del pobre Cuerno de Aurochs con su pluma feroz. Hasta que, para terminar, le dedica este terrible insulto: "El Estado le dio un funeral nacional". Cabe señalar que es precisamente en Corne d'Aurochs donde Brassens canta por primera vez con la boca cerrada, una instrumentación divertida que repetirá unas cuantas veces después.
(Extracto del libro: Georges Brassens, por René Fallet, en traducción libre)

Emile Miarmont, a quien Brassens llamaba "Corne d'Arouchs", publicó sus recuerdos en su libro "Brassens", publicado por Editions de l'Archipiel. Desde sus partidas de billar como estudiante en Sète hasta su "descubrimiento" por Patachou, Brassens es evocado con humor e inconformismo. En el siguiente extracto, "Corne d'Arouchs" cuenta cómo, a raíz del asunto de los "quatre bacheliers", Brassens organizó su ascenso a París.
Por una sola joya "prestada" por Simone, Georges llegó a sentir la paja de los calabozos. Nunca perdonó del todo a los policías del pasado o del presente por la paliza que siguió a su captura. (...) Georges se sintió aliviado al dejar el colegio, pero las habladurías del vecindario no fueron amables con él. Era mejor irse... París abría sus brazos.
Una felicidad que nunca llega sola: Antoinette, su tía, vivía en el lugar ideal... y le solicita el favor. Estuvo con la mosca tras la oreja mucho tiempo: pero luego, ante las solemnes promesas del sobrino y las garantías escritas de su hermana Elvira, cedió y recibió al "ladrón". Lo que siguió pronto justificó sus temores. Si bien Georges encontró pronto un pequeño trabajo en Batignolles en la fábrica de maquinaria y, más tarde, en Renault, pronto descubrió, más rápidamente aún, el piano en el pasillo. La fabricación de muñecos a cuerda sólo le llevó a un nivel mediocre de asiduidad. El instrumento de cuerda, en cambio, ocupaba todo su tiempo.
En el número 155 de la calle d'Alésia comenzó una larga penitencia para los vecinos de arriba y de abajo. Ignorando el uso del pedal, Georges golpeóaba el suelo de roble con los pies: manteniendo el ritmo. Aunque parecía robusto, este rico edificio tenía sus defectos. Desde el ático hasta el sótano sonaba como un contrabajo. Los techos estaban descascarillados.
Al principio, el rumor del vecindario era un murmullo. Después la gente levantó la voz. Entonces se escucharon gritos. Incluso se firmaron peticiones. La pobre Antoniette tuvo que intervenir. Hubiera sido mejor para ella no haber abierto la boca: Georges golpeaba más fuerte. Ya tenía una visión clara de la burguesía decadente, de la comida a mediodía, la sopa a las siete, los almohadones en el salón y la charla en voz baja. No soportaba que la musa se despidiera cuando abría sus brazos y se los cortaran.
Maldiciendo su buen corazón, Antoinette cedió. Ante la inspiración, se achicó. Ya no se atrevía a bajar a hacer la compra; el peligroso loco del tercer piso ocupaba la mente de todos y llenaba el ambiente. Felizmente a veces su tía era contemplada con lástima por los vecinos y le mostraban su triste compasión. Pero, más a menudo, recibía el disgusto de los malhumorados y los avisos formales.
Ya era suficiente; una noche explotó. Hay que explicar que mientras hacía el inventario de las cuatro habitaciones, husmeando en los rincones, Georges había hecho un precioso descubrimiento: las existencias de licores y aperitivos escondidos en la chimenea, detrás del biombo... Cuando lo mostraba a sus conocidos, la gente comparaba las añadas con gran seriedad.
Sería una fuerte melancolía o una luz demasiado débil, lo que hizo que aquel día dirigiera una carga heroica contra la bodega de Antoniette. Esta, al volver de un paseo, se quedó sin aliento y con los ojos desorbitados. Jo, embadurnado de mercurocromo y blandiendo un cuchillo, gritaba "al asesino", aullando como un hurón al borde de la ventana, treinta pies sobre el vacío. Intentó razonar con él:
- Piensa en los vecinos.
La palabra resultó el detonante. Georges estaba esperando esto para la traca final. Se debió escuchar hasta el león de Denfert...
- Los vecinos, ¡¡¡Emme-e-e-er-de!!! (...)
¿Qué fue del piano? Tal vez sólo Dios lo sabe. Martirizado por el exceso de servicio, probablemente acabó sus días "en el desguace". Sin embargo, fue en sus teclas de marfil donde Geoerges ensayó en París las primeras piezas compuestas en Bassdorf: "Personne ne saura jamais...", que haría llorar a su abuelo, "Harmonie"... condolencias por uno de sus grandes desamores y, sobre todo, "Le Bon Dieu fait du swing", cuyo tema, al cabo de treinta años, aún no repudiaba. Se la ofreció a Pierre Louki, que la grabó con otra letra.
(Extracto de "Brassens" de Emile Miramont. Traducción libre)

Comentarios