Tormenta en el agua bendita (artículos)
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En la canción “Tempestad en la pila de agua bendita” de su duodécimo álbum, se menciona a Sète en las últimas líneas: " […] Y sus virtudes flaquean / A Lourdes, Sète o Parma / Como en Quimper […] / El presbiterio sin latín/ ha perdido su encanto". Como el autor repite varias veces en la canción "sin latín" y la canción fue escrita en 1976, es más que seguro que habla de la reforma de la Iglesia Católica cuando el latín utilizado durante las Misas fue reemplazado en 1965 por francés u otras lenguas oficiales dependiendo del país. Fue un gran paso para los creyentes, pero Brassens, por supuesto, pertenecía a otro grupo de personas opositoras, aquellas que no estaban de acuerdo con este acontecimiento porque canta que "los obispos, los arzobispos no saben lo que están perdiendo: sin latín, la misa no tiene más misterio mágico". En la canción, el cantante se refiere a los representantes de la Iglesia con palabras difamatorias como: "Dile a estos putos/monjes que nos molestan/ sin latín se degrada el valor de los símbolos cristianos: el vino del cáliz sagrado/ se convierte en agua de budín" Además, utiliza el nombre “O très Sainte Marie mèr’ de Dieu” (Oh, santa María madre de Dios) lo que puede parecernos normal cuando miramos el texto, pero cuando escuchamos la canción, el cantante acentúa las sílabas de tal manera que en lugar de las palabras "madre de Dios", aparece la palabra grosera "merde" (mierda). Al mismo tiempo, el culto mariano le viene a su memoria desde la infancia.
El cantante toma el uso litúrgico de esta lengua clásica poniéndose en el
lado de los defensores de la tradición y ensalzando las razones más pertinentes
para evidenciar la mala táctica que es el abandono del latín para los intereses
de la Iglesia y las ensalza con la deliciosa cantinela del estribillo que
remata haciendo referencia a la Virgen para que interceda y haga entrar en
razón al clero descarriado. Lo más gracioso es que esta defensa burlesca, se
sustenta en algo mucho más serio: efectivamente el abandono del latín supuso un
mal negocio para esta institución que ha visto como se desertifican sus locales
y sus ministerios.
Brassens comienza la canción con una imagen muy clerical sobre la pila bautismal y el agua bendita ("Tempéte dans un bénitier") parodiándola con la expresión popular "tempéte dans un verre d'eau" (tempestad en un vaso de agua), que reconoce lo parroquial de la disputa.
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