Tío Nestor (artículos)

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Difícil (como suelen serlo todas) esta adaptación de un tema de Brassens y del que no conozco ninguna otra en castellano. La abundancia de agudas resulta extraña en nuestro idioma y obliga a forzar a veces un poco la sintaxis y modificar el contenido, aunque se ha intentado que mantenga el sentido y espíritu del original.
Al final puedo afirmar que suena bien en nuestro idioma, aunque se pierden matices sabrosos de expresiones francesas imposibles de traducir literalmente. Con todo, al cantarla, encuentro el ritmo bien adaptado y es perfectamente "cantable". Para los que no dominan el francés, por lo menos, se hacen una idea de por dónde van los tiros en la letra. Nunca será igual que el sonido del texto en francés, pero mantiene la gracia. Todo dicho con falsa modestia, naturalmente.
Las imágenes (sin dibujos, ni tiras cómicas, ni nada específico sobre el tema a mi alcance) se presentaban difíciles de conseguir. Al final, trasteando por la red, encontré un buen montón de fotografías de figuritas de porcelana (de las que se ponen en la tarta de boda). Buscando, buscando... completé casi todo el contenido con situaciones bastante adecuadas al texto. Lleva trabajo, pero lo logré (muchas veces es más laborioso realizar el video que adaptar la letra).
(Comentario del autor)

En la discografía de Brassens, Tonton Nestor no disfrutó del éxito de otro tío llamado Archibald. Y, sin embargo, ¿no es sabroso, este escape del "Sombrero de Paja de Italia" u otra comedia Labiche? ¿Sabroso, truculento, centrado en el sexo? Admitamos que tenemos una simpatía, sin duda culpable, por este tío propio y del que cada familia francesa tiene una copia dentro. Al contarnos la historia de este aficionado a los pellizcos, Brassens quería componer sólo una burla agradable. ¿No es exitoso? Así que eso es lo principal. Todo está en un tono jocoso. Esta canción viene muy bien de postre.
(Traducción libre de Bernard en su blog: "Musique, piafs et billets d'humeur")

No hay canciones anónimas en la obra de Brassens. Algunos títulos simplemente tuvieron destinos menos brillantes que otros. Por ejemplo, Tonton Nestor (1961), que no es una canción que se repita una y otra vez o que se cite a menudo. Grabada el 28 de octubre de 1961 (y presentada en noviembre del mismo año) con el subtítulo La boda de Jeannette, fue un poco eclipsada por La niña y el manantial y El tiempo no tiene que ver. El título recoge el término afectuoso de tonton (empleado luego en Los dos tíos y El boletín de salud) y el de Nestor (que también se encuentra en La esposa de Hector y Como una hermana). Nestor es uno de esos nombres tan apreciados de Brassens porque cayó en desuso y a los que resucita. Conocedor de la mitología, sabía que Nestor procede del griego Nestôr (héroe de Homero, popularizado por Fenelon en Telémaco) y significa, entre otras cosas, "sabiduría" (por ejemplo: el Nestor de una asamblea designa al miembro más prudente y sabio). ¿Sabio? ¡Es para reírse! ¿De qué se trata? De un viejo "verde", cuya mano no puede resistir la atracción de una joven novia. Circunstancias agravantes: comete el acto sin sentido el día sagrado de su matrimonio, ¡y lo repite dos veces! Un pellizco en el ayuntamiento y otro en la iglesia. La canción comienza con una bonita aliteración (cinco t en cinco palabras), que sigue siendo uno de los procesos estilísticos favoritos de Brassens. “Tonton Nestor, Vous eûtes tort"... un gourmet de la lengua francesa. Nos preguntamos si no ha diseñado su canción para el placer de emplear el pasado simple y algunas palabras y adverbios arcaicos pero sabrosos como "mechef" o "reef", sin olvidar las expresiones dignas de un capitán Haddock (¡cuyo mayordomo se llama… Nestor!): «Mufle achevé / Rustre fieffé»… Pero volvamos a la historia. Esta canción se acerca a un texto nuevo, el “Pinza-nalgas”, donde se haría referencia a Tonton Nestor: "Por dos o tres canciones, las cuales, lo confieso, son discutibles bajo la opinión del buen gusto, Tengo la reputación de un gran pellizca-traseros; pero es una leyenda, y estoy sufriendo mucho." El estribillo es para restablecer la verdad: "Me gusta el trasero, no tengo miedo de decirlo, me gusta que mis dedos se posen en la hierba suave. En algunos casos voy a patearlos, pero Dios sabe que nunca los pincho." Es muy diferente para nuestra tonton. La rotundidad magnética de la joven prometida lo hace sucumbir a imprevisibles pulsiones. Añadió una pizca de escándalo a la solemnidad de una ceremonia suntuosa. No olvidemos que nos encontramos entre la nobleza, puesto que a Nestor se le acusa, suprema injuria, de la conducta de un "hombre común". "Tonton es culpable, pero no le llegan a golpear porque la novia abofetea a un pobre “chico de honor” y luego a un niño de coro”. El alcalde, inexpresivo y un poco licencioso, le explica en dos palabras lo que le espera en su noche de boda antes de gritar "¡mamá!". “Rotundidez" (esta palabra le valdrá el honor de ser citada en Le Grand Robert), "Eminencia carnal": aquí está el retrato de la Dulcinea. ¡Fuera la chica a cien centavos! "¡No más hembras escuálidas!", estamos aquí frente al "volumen sorprendente" de una Venus Callipyge. Es bien sabido que nunca se pellizca a una flaca. Recordemos esta frase imperecedera de Zola en L’Assommoir: "A los hombres les gustaba pellizcarla porque podían pellizcarla por todas partes sin encontrar nunca un hueso". Escándalo, por lo tanto, entre esos amargados que recordarán siempre esta boda. Por otra parte ¿"pellizca-nalgas" no significa también: "peloteo, recepción donde los invitados no se portan bien”? Gracias a tonton Nestor, estas bodas lograrán que se hable de ellas durante mucho tiempo en cabañas (¡o en palacios!). Y aunque el "tiempo pasa en las memorias", como en el valiente Margot, siempre habrá "viejos para contarle a sus pequeños hijos"... la historia de la “metedura de pata” de cierto tío Nestor.
(Extraído y traducido libremente de Amigos de Brassens)

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