Los ombligos de las mujeres de agente (artículos)
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Las obras ligeras, en la literatura son consideradas menores por algunos críticos; por otros, esenciales. ¿Es tan insignificante “El ombligo de las mujeres de los agentes” un poco despreciado por su propio autor? Está en la línea y el estilo de esta pequeña novela ultra picaresca -e imposible de rastrear- de Brassens La Torre de los Milagros. Es una canción loca, una canción juvenil. Nos sorprendería que la juventud sólo tuviera defectos. «El ombligo" es una farsa, sí, donde la irreverencia no pierde sus derechos: "Mi padre vio como yo te veo, los ombligos de mujeres de gendarmes", etc. El relleno también es parte de la tradición. Ver todos los autores de canciones de finales del siglo pasado.
"El ombligo de la esposa de un policía" tiene otras dos versiones anteriores: "Carcasona", cuyo texto es de Gustave Nadaud, y especialmente "El pis caliente" (Il n'a pas eu la chaude pisse) que Brassens, con un humor de colegial, había compuesto para sus compañeros de cuarto cuando estaba en STO en Alemania.
Con esta canción, una de las más hilarantes y regocijadas, viene el mayor atrevimiento que me he permitido en estos traspasos de lengua a lengua, al transformar a las mujeres de agentes de Policía en esposas de ejecutivos. ¿Acaso por una secreta simpatía y consideración para con los policías, que me movía a librarlos del regocijo de Brassens? No, no creo que sea ése el motivo; y además, con el progreso de la burocracia, también los funcionarios de la Policía mismos habrán quedado, o quedarán en breve, comprendidos como una clase más de ejecutivos: ¿para quienes si no, sería más propio el nombre? Pero el caso es que este pujante vocablo de 'ejecutivo' se prestaba de tal modo al juego de los ritmos y la rima de la canción, y la figura que evoca, correspondientemente, se ofrecía con tanta justeza (y justicia) como sujeto de esta diatriba lírica, que no pude resistir la tentación. Confío en que, si viviera Brassens, habría de comprenderlo y aprobarlo. He tratado el verso (prescindiendo también en las rimas impares) como uno seguido de 17 sílabas, que es lo que la música pedía.
Georges Brassens (René Fallet)
"El ombligo de la esposa de un policía" tiene otras dos versiones anteriores: "Carcasona", cuyo texto es de Gustave Nadaud, y especialmente "El pis caliente" (Il n'a pas eu la chaude pisse) que Brassens, con un humor de colegial, había compuesto para sus compañeros de cuarto cuando estaba en STO en Alemania.
Con esta canción, una de las más hilarantes y regocijadas, viene el mayor atrevimiento que me he permitido en estos traspasos de lengua a lengua, al transformar a las mujeres de agentes de Policía en esposas de ejecutivos. ¿Acaso por una secreta simpatía y consideración para con los policías, que me movía a librarlos del regocijo de Brassens? No, no creo que sea ése el motivo; y además, con el progreso de la burocracia, también los funcionarios de la Policía mismos habrán quedado, o quedarán en breve, comprendidos como una clase más de ejecutivos: ¿para quienes si no, sería más propio el nombre? Pero el caso es que este pujante vocablo de 'ejecutivo' se prestaba de tal modo al juego de los ritmos y la rima de la canción, y la figura que evoca, correspondientemente, se ofrecía con tanta justeza (y justicia) como sujeto de esta diatriba lírica, que no pude resistir la tentación. Confío en que, si viviera Brassens, habría de comprenderlo y aprobarlo. He tratado el verso (prescindiendo también en las rimas impares) como uno seguido de 17 sílabas, que es lo que la música pedía.
(Agustín Gª Calvo en "19 canciones" de Brassens; sobre su traducción-adaptación)
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