La traidora (análisis)

LA TRAÎTRESSE


01 J'en appelle à la mort, je l'attends sans frayeur,
02 Je n' tiens plus à la vie, je cherche un fossoyeur
03 Qui aurait un' tombe à vendre à n'importe quel prix :
04 J'ai surpris ma maîtresse au bras de son mari,
05 Ma maîtresse, la traîtresse !

06 J' croyais tenir l'amour au bout de mon harpon,
07 Mon p'tit drapeau flottait au coeur d' madam' Dupont,
08 Mais tout est consommé : hier soir, au coin d'un bois,
09 J'ai surpris ma maîtresse avec son mari, pouah !
10 Ma maîtresse, la traîtresse !

11 Trouverai-je les noms, trouverai-je les mots,
12 Pour noter d'infamie cet enfant de chameau
13 Qui a choisi son époux pour tromper son amant,
14 Qui a conduit l'adultère à son point culminant ?
15 Ma maîtresse, la traîtresse !

16 Où donc avais-j' les yeux ? Quoi donc avais-j' dedans ?
17 Pour n' pas m'être aperçu depuis un certain temps
18 Que, quand ell' m'embrassait , ell' semblait moins goulue
19 Et faisait des enfants qui n' me ressemblaient plus.
20 Ma maîtresse, la traîtresse !

21 Et pour bien m'enfoncer la corne dans le coeur,
22 Par un raffinement satanique, moqueur,
23 La perfide, à voix haute, a dit à mon endroit :
24 "Le plus cornard des deux n'est point celui qu'on croit."
25 Ma maîtresse, la traîtresse !

26 J'ai surpris les Dupont, ce couple de marauds,
27 En train d' recommencer leur hymen à zéro,
28 J'ai surpris ma maîtresse équivoque, ambiguë,
29 En train d'intervertir l'ordre de ses cocus.
30 Ma maîtresse, la traîtresse !


Análisis


00 “La traitresse” (La traidora). Paranomasia es la figura retórica que consiste en colocar juntas dos o más palabras que se parecen fonéticamente. Toda la canción parece orientarse a ello desde el juego de equívocos inicial traîtresse / maîtresse (traidora/amante), que determina la situación de vodevil del amante sorprendiendo a la mujer en compañía de su marido. Aspecto también presente en Brel.

01 “J’en appelle à la mort, je l’attends sans frayeur” (Invoco a la muerte, la espero sin miedo). Me hace pensar en el comienzo de la canción: L'épave (J'en appelle à Bacchus! A Bachus j'en appelle!) (A Baco invocaré, invocaré a Baco) En ambas canciones, la dirección inicial marca la sensación de consternación del narrador, simplemente dirigida a Baco en L'epave y al suicidio aquí.

05 “Ma maîtresse, la traîtresse!” (¡Mi amante, la traidora!). Maîtresse (maestra en el amor: amante). Es muy difícil para un hombre que ha conquistado a una mujer casada ver que regresa a los brazos de su marido. Brassens, una vez más, muestra todo el orgullo que pone en la conquista del amor.

07 “Mon p'tit drapeau flottait au cœur d'madam' Dupont” (Mi banderín ondeaba en el corazón de la señora Dupont). Drapeau (Bandera) es una metáfora original construida sobre un cliché literario: el amante conquista su amada como un conquistador conquista un territorio. La bandera, probablemente, recuerda las grandes expediciones en las que la bandera de un país se plantaba en la cima de las montañas inaccesibles hasta entonces (incluso en la luna). Encontramos a esta querida Madame Dupont en tres canciones más de Brassens (A la sombra de los maridos, La traidora y La pesadilla). ¿Es una coincidencia que en dos de estas tres canciones se encuentre en una situación de adulterio? ¿Es esta una manera de que Brassens “generalice”, a través de un nombre tan extendido? (Ese es, en parte, el uso que se hace del apellido en “La Pesadilla", junto a Durand, Dubois, ...) o ¿deberíamos verlo solo como una mera coincidencia? Tengamos en cuenta que en ambos casos (e incluso en el tercero) la ortografía es la misma: Dupont con una “t".

08 “Mais tout est consommé: hier soir, au coin d'un bois” (Pero todo se consumó: anoche, en la esquina de un bosque). Consommé: el concepto de “consumado” aquí toma el significado de “terminado", como se emplea en “consumar un matrimonio", por ejemplo; y eso es exactamente lo que sucede. Tal vez podríamos plantear la hipótesis de que está juegando con “consumado” en el sentido de “perfecto, máximo” (del tipo “un manipulador consumado"), en cuyo caso debe ser visto como una alusión metaliteraria a la situación, que resulta perfecta desde el punto de vista de sus posibilidades cómicas.

09 “J'ai surpris ma maîtresse avec son mari, pouah” (Sorpendí a mi amante con su marido, ¡puag!). Rima en ''pouah''. Algunos calificarán esta interjección como una rima débil; pero, digamos con más cautela, que Brassens se divierte ampliando las posibilidades de la rima poniendo, como por ejemplo Rostand ante él, palabras prohibidas en la normativa clásica.

12 “Pour noter d'infamie cet enfant de chameau” (Para describir la infamia de este mal bicho). El personaje cuestiona su capacidad para encontrar un insulto y lo encuentra de todos modos, a menos que no encuentre enfant de chameau (hijo de camello) lo suficientemente infame. En ambos casos, el discurso del personaje refleja su consternación, contradiciéndose a sí mismo porque se ha demostrando su impotencia para vengar la afrenta.

19 “Et faisait des enfants qui n'me ressemblaient plus” (E hizo niños que ya no se parecían a mí). Carga de profundidad debido a la inesperada llegada de niños en plural, que implica una relación continuada durante varios años.

21 “Et pour bien m'enfoncer la corne dans le cœur” (Y para hundir bien el cuerno en mi corazón). La corne (la cornamenta, el atributo tradicional del cornudo). Los cuernos pasan aquí al singular para connotar una daga, lo que constituye un ejemplo peculiar de utilización del símbolo del adulterio en una imagen violenta.

24 “Le plus cornard des deux n'est point celui qu'on croit” (El más cornudo de las dos no es el que pensamos.) Recuerda al verso de la fábula “El molinero, su hijo y el asno” de La Fontaine:
“Le plus âne des trois El más burro de los tres
n'est pas celui qu'on pense" no es el que todos creen.

27 “En train d'recommencer leur hymen à zéro” (Comenzando su himen desde cero). Hymen o hyménée: llamado así por una deidad griega que presidia el matrimonio.

28 “J'ai surpris ma maîtresse équivoque, ambiguë” (Pillé a mi amante equívoca, ambigua). Équivoque, ambiguë (equívoca y ambigua). El empleo de estos dos adjetivos es curioso, dado el comportamiento “satánico” de la dama. Además, los dos adjetivos son sinónimos. Pueden interpretarse como una marca de un discurso tartamudo, incluso contradictorio. A menos que uno decida volver a la etimología latina, que literalmente significa “palabras iguales” para el primero y “actuando por ambos lados” para el segundo. Por lo tanto, se acusaría a la amante de mantener un doble discurso (equívoco) y asumir un doble papel (ambiguo). Esta hipótesis hace que los adjetivos sean necesariamente epítetos del nombre, es decir, describan la esencia misma de la amante; así pueden ser considerados como lo que habitualmente se llaman epítetos homéricos, es decir, dando la característica principal del carácter; el ejemplo canónico es “le bouillant Achille” (el ardiente Aquiles). Así que nos enfrentamos a un ejercicio de estilo tejido alrededor del personaje (o más bien al tipo) de la mujer manipuladora, de ahí la sensación de misoginia que nos invade al escuchar la canción.

29 “En train d'intervertir l'ordre de ses cocus” (En el proceso de invertir el orden de sus cornudos). Este verso recuerda el de “A la sombra de los maridos": “A force, à force de se passer le relais” (a fuerza de pasarse el relevo). Es cierto que este reparto obligatorio es ambiguo; es un toma y daca para un acto que nos gustaría exclusivo; de ahí el mal humor de Brassens en esta canción.
La referencia al relevo de esta canción es muy acertada, pero la diferencia fundamental es el objetivo del afecto del personaje cornudo. Aquí sigue siendo la amante, el marido es sólo un pretexto o, si preferimos enfatizar el carácter teatral de la escena, un extra. En “A la sombra de los maridos”, es el marido cornudo el que atrae el afecto del amante y ambos terminan intimando. Tanto es así que la mujer es derrocada por una pareja masculina que se limita a la pareja del mismo sexo: Los días en que, furioso, queriendo dejar todo lo que siento grito “La copa está llena, ¡es hora de que se rompa!”, el marido me ruega: “¡No me dejes!"

Comentarios