Hacerse encular (artículos)

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“Le patrimoine de Brassens” es un álbum homenaje de Jean Bertola a Georges Brassens salido en 1985. Incluye los siguientes temas:
L'Antéchristç (JB), Si seulement elle était jolie, Le Revenant (JB), Tant qu'il y a des Pyrénées, Chansonnette à celle qui reste pucelle, La Légion d'honneur (JB), S'faire enculer (JB), Honte à qui peut chanter, Le Progrès (JB), L'Orphelin (JB), Les Châteaux de sable, Jeanne Martin.
(Comentario del autor)

El verbo “encular” es sinónimo de sodomizar. Sin embargo, si la palabra "enculao" debiera usarse para referirse a alguien que acaba de ser sodomizado, muchas veces se utiliza como un insulto. En una de las canciones publicadas tras su muerte, titulada "S'faire enculer", Georges Brassens camina en la cuerda floja entre el progresismo y el antifeminismo antifeminista. En esta canción, indica que los hombres también tienen derecho a disfrutar de la sodomía, pero también invita a las "emmerdeuses" (quisquillosas, fastidiosas) a disfrutar del mismo placer que los hombres, es decir, que las follen.
(Comentario no datado)

¡Ah, he aquí una canción “inaudita”! Poco apreciada, mal comprendida, poco o nada interpretada… Entonces, ¿por qué hablar de ella? - Pues para que sea un poco menos despreciada.
En 1985, tres años después de la publicación del doble álbum de Jean Bertola Les Derniers Chansons inédites de Brassens (que fue un éxito); se publicó el álbum Patrimonio de Geroges Brassens (que fue un fracaso). Entre los doce temas del álbum, una canción paillarde (de sala de guardia, obscena) de Bertola provocó reacciones encontradas entre los amigos de Georges. ¿Debería incluirse esta canción licenciosa en el álbum o no? – “No", dijo Pierrre Onténiente, "ya que estaba destinada a un disco de canciones subidas de tono. " De hecho, tres años antes de su muerte, Georges estaba planeando un álbum que mezclaría canciones libertinas tradicionales con sus propias creaciones. Pero la parca no permitió que este bonito proyecto viera la luz. Sin embargo, Danièle Heymann, periodista y esposa de Jean Bertola, afirma que Brassens adoraba este estilo “galo” que le hacía aullar de risa.
Hubo una progresión en el uso de palabras crudas por parte de Brassens. Cada disco suyo incluye su propio seísmo. Esta canción es de una magnitud 9 en la escala Richter de las palabrotas de Brassens.
La dificultad de esta "antífona viril" radica en su título, ¡difícil de pronunciar para muchos de nosotros! Siempre recordaré a una secretaria, algo estirada, que nos llamó por teléfono desde la empresa Philips para pedirnos algunos detalles sobre esta canción: "Por cierto -preguntó, ansiosa-, ¿sabéis de cuando data el título nº 7? - "¿De qué canción estás hablando?" - "Bueno, ya sabes, esa canción bastante... atrevida..." - "¿Te refieres a 'Cancioncilla par la que aún permanece virgen"? - "No, el otro, ya sabe ... ¡Hacerse... hum!" Lo había entendido perfectamente. Siguió una conversación sobre esta canción sin que nunca, para no herir sus modestos oídos, se mencionara el título. Desde entonces, esta canción se ha convertido para nosotros en: ¡S'faire... hum!
Brassens no pretendía ser gratuitamente provocador. Ni siquiera chocante: "Con mis amigos, solía cantar canciones de sala de guardia. Y entonces me nutrí de cierta literatura. A fuerza de convivir con gente como Rabelais, a uno ya no le impactan las palabras, se vuelven un poco abstractas..." (L'Express, 12-09-66). Es el primero en la historia de la canción que ha atacado con tanto deleite las palabras tabú que la moral hipócrita toleraba en la conversación pero excluía del texto de una canción. Más allá del humor provocado, se trataba sobre todo de un deseo de libertad que tan cruelmente faltaba en el arte en general y en la canción en particular.
Comienza su poema con un guiño a Mallarmé, al que tanto apreciaba:
"La lune s'attristair, des séraphins en pleurs...” (La luna -símbolo, naturalmente, de las nalgas- estaba triste, entendemos su tristeza)
Ya antes había convertido el famoso verso del mismo poeta:
"Je suis hanté, l'azur, l'azur, l'azur, l'azur" por el inenarrable:
"Je suis hanté, le rut, le rut, le rut!
Continúa explicando: "En mi horrible jerga, inexplicable deficiencia, brilla por su ausencia uno de los peores vocablos..."
El hueco lo llena esta sátira que evita al género femenino; pero no a las ligas feministas. Victor Hugo aconsejaba: "Acepta la palabra cruda de vez en cuando, rechaza la palabra sucia. Evita estas dos trampas: la palabra impropia y la palabra sucia." Brassens sabía cómo evitar esta plaga. Toda su obra llamada "paillarde" lo atestigua. “En resumen, creo que el mayor servicio que he hecho a las palabrotas es quitarles su tosquedad. Cuando digo mierda, al mismo tiempo por detrás, enseño un ramo de flores". (L'Express, 11-10-76).
Por desgracia, sin Brassens las palabrotas han perdido su soberbia y su nobleza. Ya ni siquiera se vuelven a usar. (Recuerde "enloiré" (Hijo de puta), un término insultante que se ha convertido en una palabra casi cariñosa y un símbolo de generosidad...)
Terminada de escribir el 24 de octubre de 1979, dos años antes de su muerte, esta canción es, en cierto modo, el testamento paillarde del polisón de la canción. A él le hizo reír. A nosotros nos complace saber que una de las últimas canciones de su vida terrenal fue una carcajada.
(Artículo de Jean-Paul Sermonte, en el nº 141 de Space Brassens; en traducción libre).

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