El pescador (artículos)
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Obra póstuma no datada de Brassens. Podemos encontrarla en el álbum de Jean Bertola: "Les dernières chansons inédites de Georges Brassens” de 1982.
Obra menor, pero con cierto interés. Con algún toque misógino (misoginia aparte) elige el tema del cornudo (le cocú es un animal muy frecuente en la selva del cantautor).
En la edición del karaoke he tomado prestadas unas escenas de pesca de la página rusa dedicada a versiones de Brassens en ese idioma (lo hago en varios de mis videos). La razón es la falta de tiempo para componer una edición más original (las obligaciones personales mandan y quiero acabar la edición de todas las canciones a mi alcance de este autor, es decir, con MIDI editado). Incluso es manifiestamente mejorable (aún dispongo del archivo de edición para futuros retoques si llega el caso).
La adaptación tampoco está rematada. Salgo de vacaciones pitando (y no a pescar, precisamente); me alejo en ocasiones del contenido original; pero aporto (creo) soluciones aceptables.
Incluyo la traducción previa que realicé de la canción. En este caso sí soy fiel y me ajusto al texto de Brassens. Pero mi versión es una “adaptación” no una “traducción". Se trata de poder cantarla en castellano sin que suene forzada... y eso es muy difícil. Tan solo unos pocos (y en escasas canciones) son capaces (Krahe, Paco Ibáñez...)
Curiosa canción. No la conocía. No puedo evitar encontrar ciertas coincidencias con una preciosa canción de Javier Krahe, gran admirador de Brassens y toda su obra, llamada “En la costa Suiza".
No es esta una de las mejores canciones de Brassens, pero me ha gustado mucho trabajar con ella, al igual que con otras muchas muy poco conocidas. En contra de lo que piensan algunos, estas obras menores (relegadas a vulgaridades, a veces) tienen el mismo encanto que sus obras más conocidas y el valor añadido de parecer un descubrimiento propio. Las últimas cincuenta canciones que he adaptado son todas así.
En Krahe (al cual dedicaría gustoso mi tiempo al igual que hago con Brassens) descubro en muchas canciones influencias del cantante francés. A veces son sutiles, pero, si te fijas, innegables (por cronología, alusiones, estilo...) además él (y otros compañeros suyos -por ejemplo- Sabina) lo reconocen. Estoy recopilando anécdotas y declaraciones en este sentido. Llegará el día en que las publicaré.
Le pêcheur (sin datación exacta, pero antes de 1958) es una canción que no forma parte de la discografía original de Brassens. ¡Cuánto nos hubiera gustado que la cantara el propio Brassens! Jean Bertola fue quién lo hizo al final en 1982, un año después de la muerte de su autor y muchos concluyeron que era una de las últimas composiciones inéditas. Sin embargo, la canción venía de lejos, ya que estaba prevista para el LP número 6 de 1958 (Le pornographe). Un anuncio que precedía al disco muestra que Le pêcheur está efectivamente entre los títulos. Sin embargo, la canción fue eliminada y sustituida por Bonhomme. No sabemos por qué; ¿acaso Georges no la encontró lo suficientemente digna? ¿Quería complacer a su amigo René Fallet, que tenía una especial predilección por Bonhomme? ¿Por qué no se incluyó en otro disco, aunque pudiera estar completo? Sobre René Fallet, algunos han sugerido que la canción estaba dedicada a él. Nada es menos cierto, porque el autor del bellísimo ensayo Les Pieds dans l'eau (1974) tenía una verdadera pasión por la pesca y, por tanto, no se corresponde con el héroe de la canción. Si la canción se cita en el anuncio, ¿se grabó? ¿Se ahoga el pescador en la inundación de los archivos sonoros de la compañía discográfica? Por desgracia, todas las investigaciones realizadas hasta la fecha han sido en vano. Es una pena, porque la canción es preciosa: melodía viva, heptasílabos bien elaborados y la historia, seguro, alegre... para algunos hombres. ¿De qué se trata? De un pobre desgraciado que finge amar la pesca para escapar de su mujer, (¡la heroína de misoginia aparte!, sin duda) Resulta que este fanático de la pesca odia hacer daño a los peces (es el caso de Brassens, que declaró en una ocasión: "No podría ser ni cazador ni pescador por mi respeto a los animales"). Si pesca, es para reírse (por no llorar), es...
Los pescadores rara vez son felices en las canciones de Brassens: mientras uno huye de una esposa cascarrabias, otro hace una extraña confesión:
“Que al menos me pregunten si he tenido una buena pesca,
que se dignen interesarse por mi salud.”
En A la sombra de los maridos, es el amante quien es víctima de las infidelidades de la Sra. Dupont, mientras que su marido se lo toma con calma... ¡pescando! ¡Es una canción preciosa, que contiene, como es habitual, algunas palabras rebuscadas (“halieutique”, “maritornes”, “Parca”...) y que buscamos en nuestros viejos diccionarios desgastados por escuchar a Brassens. En este sentido, es único en la historia de la canción francesa. Se puede comparar a los artistas con Brassens, pero a él no se le puede comparar con nadie. Un pescador amigo de los peces... Peces amigos del pescador hasta el punto de que:
Obra menor, pero con cierto interés. Con algún toque misógino (misoginia aparte) elige el tema del cornudo (le cocú es un animal muy frecuente en la selva del cantautor).
En la edición del karaoke he tomado prestadas unas escenas de pesca de la página rusa dedicada a versiones de Brassens en ese idioma (lo hago en varios de mis videos). La razón es la falta de tiempo para componer una edición más original (las obligaciones personales mandan y quiero acabar la edición de todas las canciones a mi alcance de este autor, es decir, con MIDI editado). Incluso es manifiestamente mejorable (aún dispongo del archivo de edición para futuros retoques si llega el caso).
La adaptación tampoco está rematada. Salgo de vacaciones pitando (y no a pescar, precisamente); me alejo en ocasiones del contenido original; pero aporto (creo) soluciones aceptables.
Incluyo la traducción previa que realicé de la canción. En este caso sí soy fiel y me ajusto al texto de Brassens. Pero mi versión es una “adaptación” no una “traducción". Se trata de poder cantarla en castellano sin que suene forzada... y eso es muy difícil. Tan solo unos pocos (y en escasas canciones) son capaces (Krahe, Paco Ibáñez...)
(Comentarios del autor)
Curiosa canción. No la conocía. No puedo evitar encontrar ciertas coincidencias con una preciosa canción de Javier Krahe, gran admirador de Brassens y toda su obra, llamada “En la costa Suiza".
(Comentario de Estrella)
En Krahe (al cual dedicaría gustoso mi tiempo al igual que hago con Brassens) descubro en muchas canciones influencias del cantante francés. A veces son sutiles, pero, si te fijas, innegables (por cronología, alusiones, estilo...) además él (y otros compañeros suyos -por ejemplo- Sabina) lo reconocen. Estoy recopilando anécdotas y declaraciones en este sentido. Llegará el día en que las publicaré.
(Respuesta del autor)
Le pêcheur (sin datación exacta, pero antes de 1958) es una canción que no forma parte de la discografía original de Brassens. ¡Cuánto nos hubiera gustado que la cantara el propio Brassens! Jean Bertola fue quién lo hizo al final en 1982, un año después de la muerte de su autor y muchos concluyeron que era una de las últimas composiciones inéditas. Sin embargo, la canción venía de lejos, ya que estaba prevista para el LP número 6 de 1958 (Le pornographe). Un anuncio que precedía al disco muestra que Le pêcheur está efectivamente entre los títulos. Sin embargo, la canción fue eliminada y sustituida por Bonhomme. No sabemos por qué; ¿acaso Georges no la encontró lo suficientemente digna? ¿Quería complacer a su amigo René Fallet, que tenía una especial predilección por Bonhomme? ¿Por qué no se incluyó en otro disco, aunque pudiera estar completo? Sobre René Fallet, algunos han sugerido que la canción estaba dedicada a él. Nada es menos cierto, porque el autor del bellísimo ensayo Les Pieds dans l'eau (1974) tenía una verdadera pasión por la pesca y, por tanto, no se corresponde con el héroe de la canción. Si la canción se cita en el anuncio, ¿se grabó? ¿Se ahoga el pescador en la inundación de los archivos sonoros de la compañía discográfica? Por desgracia, todas las investigaciones realizadas hasta la fecha han sido en vano. Es una pena, porque la canción es preciosa: melodía viva, heptasílabos bien elaborados y la historia, seguro, alegre... para algunos hombres. ¿De qué se trata? De un pobre desgraciado que finge amar la pesca para escapar de su mujer, (¡la heroína de misoginia aparte!, sin duda) Resulta que este fanático de la pesca odia hacer daño a los peces (es el caso de Brassens, que declaró en una ocasión: "No podría ser ni cazador ni pescador por mi respeto a los animales"). Si pesca, es para reírse (por no llorar), es...
"Un truco, una manera plausible
De escapar un poco de su casa
Donde las maritornes más dañinas hacen estragos"
¿Qué es una Maritornes? Una mujer fea, desagradable y vulgar. La palabra es un neologismo en francés procedente de la española “Maritornes”, el nombre de una criada muy repulsiva en el Quijote de Cervantes. Dado que el equivalente masculino de la maritornes no existe, una fina pluma vengativa haría mejor en inventarlo. Si los hombres huyen del hogar en busca de una paz saludable, también podría decirse lo contrario: una mujer que inventa alguna pasión para escapar de la casa... “... donde el más dañino de los maridos hace estragos.” Los pescadores rara vez son felices en las canciones de Brassens: mientras uno huye de una esposa cascarrabias, otro hace una extraña confesión:
"Mientras pesco y me ennoblezco,
mi esposa se sacrifica a su vieja costumbre de hacer,
a todos los que vienen, los honores en mi cama.”
"(El cornudo) Pero para este buen marido, que no es en absoluto infeliz, el hecho de que se ensucie el lecho matrimonial no es dramático, no; lo que le resulta especialmente desagradable es la indelicadeza que muestran estos detestables amantes. Piensa que no sólo no tienen la decencia de cubrirse, sino que no muestran ninguna cortesía con este marido que, sin embargo, es muy complaciente: “Que al menos me pregunten si he tenido una buena pesca,
que se dignen interesarse por mi salud.”
En A la sombra de los maridos, es el amante quien es víctima de las infidelidades de la Sra. Dupont, mientras que su marido se lo toma con calma... ¡pescando! ¡Es una canción preciosa, que contiene, como es habitual, algunas palabras rebuscadas (“halieutique”, “maritornes”, “Parca”...) y que buscamos en nuestros viejos diccionarios desgastados por escuchar a Brassens. En este sentido, es único en la historia de la canción francesa. Se puede comparar a los artistas con Brassens, pero a él no se le puede comparar con nadie. Un pescador amigo de los peces... Peces amigos del pescador hasta el punto de que:
"Cuando muera, cuando La Parca
lo lleve en su barca,
río abajo y río arriba,
las truchas y los salmones,
con el panqueque en la cola sin duda,
lo escoltarán afligidos,
dejando el río todo vacío,
desabastecido.”
No, de verdad, esta historia no merecía acabar olvidada en el fondo de una red de pesca. Gracias a Jean Bertola y a los que siguen manteniéndola viva. (Traducción libre de un análisis de Amis de Georges).
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