El Gran Pan (artículos)
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El tema es la última canción del disco Les Copains d'abord (1964).
Muy dificultosa adaptación por su longitud, la complejidad de su ritmo y la dificultad para conservar el contenido y sentido de las frases originales. Me he tomado mis licencias, creo que oportunas, para mantener el tono y sentido general; sin embargo, por el camino se pierden muchas cosas, algunas se ganan y otras se truecan en aras de completar esta canción difícil.
Descubrimos de nuevo al Brassens anárquico, irreverente con la religión, cantor de la alegría de la vida... en este caso centrándose en los juegos amorosos, la fiesta y el vino. La facilidad que tiene el poeta-cantante para concentrar en sus frases pensamientos complejos hace que la traducción, en ocasiones, tenga que salirse por la tangente de su lírica precisa. A veces, literalmente, no caben tantos nombres en nuestros versos castellanos (He suprimido el nombre propio de algunos dioses ante la imposibilidad de hacerlo). Puede parecer exagerado, pero me ha llevado un par de días terminar esta adaptación y, con cierto regusto de insatisfacción en los resultados, me doy por satisfecho del trabajo realizado. Sinceramente creo que no lo podría hacer mejor en ese tiempo.
"Los hombres que vendrán rechazarán lo que amamos, el trozo de madera, la brizna de hierba." Esto es lo que Brassens dijo una vez a un periodista sobre Le Grand Pan, una canción sobre la eterna disputa entre los antiguos y los modernos, en beneficio de los primeros, sobre todo porque "Tocando su cráneo y gritando: lo he encontrado - la banda del profesor Nimbus ha llegado”. Ante la carnicería que el hombre lleva tiempo causando al propio hombre y a la naturaleza, Brassens lamenta que los dioses hayan concedido nada menos que el alma "al peor de los ineptos". Contemplando las admirables sociedades del futuro, concluye con un "J'ai bien peur que la fin du monde soit bien triste" (Me temo que el fin del mundo será muy triste), impregnado de un pesimismo que, para los Nimbus de todos los pelajes, resulta anacrónico.
Muy dificultosa adaptación por su longitud, la complejidad de su ritmo y la dificultad para conservar el contenido y sentido de las frases originales. Me he tomado mis licencias, creo que oportunas, para mantener el tono y sentido general; sin embargo, por el camino se pierden muchas cosas, algunas se ganan y otras se truecan en aras de completar esta canción difícil.
Descubrimos de nuevo al Brassens anárquico, irreverente con la religión, cantor de la alegría de la vida... en este caso centrándose en los juegos amorosos, la fiesta y el vino. La facilidad que tiene el poeta-cantante para concentrar en sus frases pensamientos complejos hace que la traducción, en ocasiones, tenga que salirse por la tangente de su lírica precisa. A veces, literalmente, no caben tantos nombres en nuestros versos castellanos (He suprimido el nombre propio de algunos dioses ante la imposibilidad de hacerlo). Puede parecer exagerado, pero me ha llevado un par de días terminar esta adaptación y, con cierto regusto de insatisfacción en los resultados, me doy por satisfecho del trabajo realizado. Sinceramente creo que no lo podría hacer mejor en ese tiempo.
(Comentarios del autor)
"Los hombres que vendrán rechazarán lo que amamos, el trozo de madera, la brizna de hierba." Esto es lo que Brassens dijo una vez a un periodista sobre Le Grand Pan, una canción sobre la eterna disputa entre los antiguos y los modernos, en beneficio de los primeros, sobre todo porque "Tocando su cráneo y gritando: lo he encontrado - la banda del profesor Nimbus ha llegado”. Ante la carnicería que el hombre lleva tiempo causando al propio hombre y a la naturaleza, Brassens lamenta que los dioses hayan concedido nada menos que el alma "al peor de los ineptos". Contemplando las admirables sociedades del futuro, concluye con un "J'ai bien peur que la fin du monde soit bien triste" (Me temo que el fin del mundo será muy triste), impregnado de un pesimismo que, para los Nimbus de todos los pelajes, resulta anacrónico.
(Extracto de “Georges Brassens” por René Fallet. Traducción libre)
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