El gorila (artículos)

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Brassens siempre acaba convirtiéndose en un agradable descubrimiento. El aire monótono que desprenden sus temas cantados en francés se ilumina con una buena traducción y un poco de estudio de la melodía. Las letras son fascinantes: auténticas historias y verdaderos poemas muchas veces. No es extraño que tenga infinidad de traducciones y adaptaciones (entre nosotros: Paco Ibáñez, Javier Krahe, Joaquín Sabina, J. Carbonell, etc.)
Rescato una anécdota que cuenta J. Carbonell de su época de estudiante a propósito de la primera vez que escuchó "El gorila" por mediación de su profesor.
"Un tocadiscos, un profesor, un gorila”
El profesor colocó un LP en el tocadiscos y les advirtió: “Estad atentos. Vais a escuchar algo único”. Cuando comenzó a sonar aquella voz grave los alumnos se miraron entre sí con aire de hastío: ¡Qué mierda es esta! Uno de ellos se atrevió a orientar al joven enseñante: “Oiga, nosotros no tenemos nivel como para entender una canción francesa”. El maestro detuvo la audición y comentó: “Vale, os vos a traducir antes la canción”. El profesor era José Sanchis Sinisterra y el alumno Federico Jiménez Losantos. El lugar, el colegio menor San Pablo de Teruel. En ese mismo acto José Antonio Labordeta esbozaba una ligera sonrisa bajo su moustache de aspecto galo. El cantante francés era Georges Brassens. Corría octubre de 1969 en todos los calendarios."

En otra entrevista recuerda:
“En varias ocasiones he podido constatar, con asombro, la memoria de Joaquín Sabina. Una de ellas tuvo lugar en Zaragoza, cuando vino en 1986 a dar un concierto en la plaza de toros. Cenamos la noche anterior con los organizadores y me invitó a hacer una canción juntos al día siguiente. Yo le sugerí "El gorila", porque nos evitaría tener que ensayar mucho. Le gustó la idea, tanto que a la salida del restaurante sacó un papelito y me mostró que estaba creando una canción muy al estilo de Brassens. Era "Cuernos", que se cantó en "Hotel, dulce hotel" y, en efecto, era un asunto brasseniano.
"Tienes que conseguir que su marido
valga para cornudo, el elegido
tendrá que ser civilizado;
huye de la mujer del comisario,
¿Qué vas a hacer desnudo en el armario
de un tipo que va armado?

El papelito me lo regaló y aún lo conservo. Lo fundamental es que, al día siguiente después de comer, fui con mi guitarrista Iñaqui Fernández al Gran Hotel donde se alojaba para ensayar la canción. Le traje la letra, una adaptación de José Ramón Catalán, la leyó y me pidió poder escribir él mismo la parte que le tocaba cantar.
-Sin problemas -le dije-. Pero no he traído el texto original en francés.
-No importa, creo que me acuerdo...

Se acordaba. Conocía toda la canción de memoria. Y sobre la marcha, con un bolígrafo fue anotando las partes que él iría a interpretar, creando unos versos que sin duda igualaban los originales. Suyo es el hallazgo cuando describe la felicidad del gorila:
"El mono al verse sin grilletes
en vez de ¡Viva la libertad!
dijo tocándose el paquete:
"hoy pierdo la virginidad!

La canción la grabamos juntos para "Carbonell canta a Brassens", en 1995, con un Joaquín que venía de Barcelona sin dormir en tres días, y con la ayuda de un delirante coro formado por Miguel Pardeza, Gabino Diego (excelente intérprete de Elvis y Frank Sinatra), por Luis Alegre, David Trueba (brasseniano de pro) y José Antonio Labordeta, con el que mantenía una afectuosa relación, desde que Joaquín intervino en el disco doble de Labordeta grabado en directo ("Tú y yo y los demás") nunca he dejado de cantar "El gorila" y siempre, en todos los pueblos y ciudades, esa estrofa de Sabina suscita la hilaridad del público.
(Del libro: "Una mirada personal sobre Joaquín Sabina", por Joaquín Carbonell)


He completado la edición del karaoke con videos editados a partir de cómics, dibujos, fotografías o incluso otros videos publicados en internet. En general la canción resulta más vistosa u ayuda incluso a visualizar algunos versos, aunque quizá pierdan un poco de autenticidad al asociarse a imágenes particulares; recordemos que Brassens cantaba con mínimos elementos complementarios (su guitarra y el contrabajo de siempre, en escenarios desnudos).

Me comentó, hace tiempo, una amiga, Estrella, con quien comparto interés musical por Brassens y del que frecuentemente hablamos, sus primeras impresiones cuando escuchó esta canción. Al principio le pareció muy divertida y en las siguientes ocasiones fue prestando más atención también a otros aspectos como la justicia o el amor y sus locuras. José Antonio Labordeta, seguidor y gran admirador de Brassens realizó su propia interpretación de esta canción en la que el tituló "Un suceso francés". El texto lo reproduzco en el blog: “Suceso francés” (José Antonio Labordeta)
(Comentario del autor)

El Gorila obtuvo un éxito tan grande que multitud de autores adaptaron la obra y sería casi imposible nombrarlos.
En sus primeras grabaciones a 78 vueltas, el Gorila (1952), fue prohibido en ciertas emisoras. Pero la apariencia regordeta, la pipa y el gran bigote de Georges Brassens emitían una sincera bonhomía y ese mismo año, seduce con "La caza de mariposas", "El paraguas" y "El caballito" (sobre un poema de Paul Fort al que pone música). No muy dispuesto a viajar, recorrió Francia entre varias actuaciones en el cabaret de Trois Baudets y en El Olympia o en Bobino.
Editado dentro de su primer álbum es uno de los hitos en su carrera. La historia de este gorila vengativo es aparentemente una canción divertida, y bastante, pero acaba convirtiéndose en un grito contra la pena de muerte -afirma Miquel Pujadó-. He querido mantener la aliteración del refrán ("Gare au gorille") utilizando la forma verbal "Guaita", que también implica vigilancia y que cuenta, así como "gorilla", con una G inicial.
(Comentario de fuente sin datar)

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