El enterrador (artículos)

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Hay que conocer un poco de la biografía de Brassens para entender plenamente esta canción. Poniendo en antecedentes al oyente-lector que recala por aquí le ilustro al respecto.

A poco de comenzar la II Guerra Mundial Francia estaba ya en manos de los alemanes y Georges Brassens fue enviado a una fábrica de maquinaria que servía material a los alemanes (creo que en Polonia). Allí, mientras trabajaba una temporada escribió algunas de sus primeras canciones). La fábrica fue bombardeada y enviaron a los empleados a su casa hasta nueva orden. Brassens decidió desertar de su trabajo obligatorio y esconderse en casa de la amiga de una tía suya (la famosa Jeane). Allí, en una habitación sobre la planta baja, sin agua corriente ni comodidad alguna vivió durante 22 años (incluso en época en que era ya conocido y disponía de dinero abundante). Parece ser que la tal Jeane llegó a ser, además, amante del poeta con el consentimiento tácito de su marido "El auvergnat" (así se denominaba a los procedentes de la región francesa de Aubergne).

Brassens mantuvo el afecto y el reconocimiento con esta pareja toda su vida. Incluso compró los inmuebles contiguos para evitar el derribo de su casa por los especulares regalando los edificios a sus inquilinos.

Esos personajes humildes, pero generosos, inspiraron a Brassens algunas de sus mejores canciones. En esta hace referencia a la ayuda en aquellos años difíciles donde le dieron comida y cobijo cuando no tenía apenas dinero ni ocupación; pero también llega a dedicar un tema completo a "Jeane" (su examante), a su pata ("La cane de Jeane") y algunas otras. También encuentra inspiración en las calles aledañas ("Hecatombe", por ejemplo, está ambientada en el mercado al que acudía a comprar; y puede que "Putain de toi" también recoja alguna experiencia vivida en su buhardilla...)

Jeane y "el auvergnat", serán dos personajes que, gracias a su protegido, han quedado inmortalizados en una canción.

(Comentarios de fuente sin datar)


"Gente valiente", "gente honesta", se juntan aquí, en el mismo saco; “les croquants” (los crujientes) y "la gente bien" de La Chanson pour l'Auvergnat. Toda esta gente - "¡qué tipos tan sucios, el pueblo!", ya lo decía Alphonse Allais- forma la opinión pública, una opinión cuyo diente es malo para aquel que tiene frío, quien tiene hambre o para el rechazado por la sociedad. A los desafortunados, "L'Auvergnat" les dará fuego, pan y una sonrisa. Como recompensa, "quand le croque-mort t’emportera — qu’il te conduise à travers ciel — au père éternel” (cuando el sepulturero te lleve - que te conduzca por el cielo - al padre eterno). Un personaje de vidriera, o casi, este Auvergnat casi se une a su autor. Durante mucho tiempo se creyó que este Sétois había nacido en Cantal o Puy-de-Dôme, sin duda por ósmosis. El inmenso éxito de esta canción no satisfizo a Brassens. Este hombre reservado y discreto sintió que había hecho demasiadas demostraciones de buenos sentimientos. Haber tirado de hilos sensibles. En estos tiempos difíciles, nadie le echaría en cara haber hablado de amor y ternura.

(Palabras de Rene Fallet en “Georges Brassens”, en traducción libre)

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