Balada de las damas de antaño (artículos)
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El tema lo incluye Brassens en Le Vent (1953).
La Ballade des dames du temps jadis ("Balada de las damas de antaño") es un poema compuesto por François Villon que conmemora a mujeres célebres de la historia y la mitología. También es un ejemplo prominente del tema “¿Ubi sunt?". Ubi sunt es un tópico literario procedente de la expresión latina ¿Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere? ("¿Dónde están quiénes vivieron antes que nosotros?"). El tema forma parte de su obra mayor, el Grand Testament. Villon llamó a esta sección Ballade. El título des Dames du temps jadis fue incorporado por Clément Marot en su edición de 1533 de los poemas de Villon
François de Montcorbier o de Loges, llamado François Villon (nacido en 1431 o 1432 en París, desaparecido en 1463); fue un poeta francés del Siglo XV. Su creación más celebrada es “La balada de los ahorcados", escrita cuando esperaba su ejecución en la horca. Los datos acerca de la vida de François Villon son inciertos. Se dice de él que era un marginal. Quienes se han propuesto seguir su itinerario y estudiar su obra lo pintan como el más ilustre y genuino precursor de la poesía maldita. Fue encarcelado en alguna ocasión. Villon no renovó la poesía de su tiempo, sino que dio nueva vida a motivos heredados de la cultura medieval que él conocía a la perfección y los animó con su propia y original personalidad. Así, toma a contrapié el ideal cortés, invierte los valores admitidos celebrando a las gentes destinadas al patíbulo, se entrega de buen grado a la descripción burlesca o a las bromas subidas de tono, y multiplica las innovaciones en el lenguaje.
Ramón García Toga, de cuya adaptación tomo prestados algunos de los versos iniciales, publica algunas aclaraciones sobre las 20 damas que Villon nombra entre sus versos. Algunas no están claras y al editar el video he tenido dificultades para ponerles cara, pero son bastante indicativas de cuáles son las “mujeres de antaño” a las que se refería.
“La balada de las damas de antaño” es el único poema de François Villon que musicó Georges Brassens y parece extraño porque Brassens adoraba a Villon, como se ve en “El medieval”. A cuenta del tópico literario del “ubi sunt”, Villon hace desfilar a una serie de “damas antiguas”. Se trata tanto de personajes reales (de dudosa identificación en algunos casos) como ficticios. Para la traducción he buscado los nombres castellanizados, aun a costa de aumentar las dudas sobre su identificación.
–Flora, según Boccaccio, era una famosa prostituta romana.
–Archipíada (o Alcibíades) era un discípulo de Sócrates, que en la Edad Media fue tomado por una mujer, probablemente a causa de un error en la traducción de ‘La consolación de la filosofía’ de Boecio. Como Alcibiades fue descrito por Platón como un modelo de belleza, en la Edad Media fue frecuentemente confundido por una mujer.
–Thaïs posiblemente sea santa Thaïs, una cortesana egipcia que se convirtió al cristianismo.
–Eco es la ninfa que se enamoró de Narciso junto a una fuente.
–Abelardo y Eloísa, preceptor y pupila, fueron amantes secretos y tuvieron un hijo. Él era filósofo y fue castrado por orden de Fulberto, tío de ella. Eloísa acabó de abadesa en un convento.
–Buridán es otro filósofo. Según una de las muchas leyendas amatorias que se le atribuyeron, fue uno de los amantes de la reina Margarita de Borgoña, y acabó, como todos, lanzado al Sena, si bien él se salvó porque había avisado a sus seguidores para que lo rescatasen.
–Blanca puede ser la reina Blanca de Castilla, madre de San Luis.
–Berta es la reina de los francos y madre de Carlomagno. Se decía que tenía un pie más grande que el otro.
–Beatriz es la musa de Dante.
–Ermengarda (o Haremburgis) debe de ser la hija de un conde del Maine.
–Juana, la lorenesa, es Juana de Arco.
Georges Brassens es reconocido como un lector apasionado. Desde que comienzo su estancia en París, pasó largas horas en bibliotecas y leyó autores clásicos. Puso música a algunos poemas de sus autores favoritos. La corriente literaria no es importante para él; elige poetas de diferentes siglos. Encontramos veinticinco adaptaciones. El mayor número de textos ambientados en la música son los de Paul Fort, que sentía más próximo por la temática y por la musicalidad de sus obras. Hizo siete adaptaciones de sus poemas: Mireille, El funeral de Verlaine, Germaine Tourangelle, La Marina, El Pequeño Caballo, Como ayer y Si el Buen Dios lo hubiera querido. Luego dos poemas de cada autor mencionado anteriormente: Alfred de Musset (A mi hermano que regresa de Italia, Balada a la Luna), VíctorHugo (Gastibelza, el hombre de la carabina y La leyenda de la monja), Gustave Nadeau (Carcasona, El rey cojo) y Jean Richepin (Pájaros de paso y Los filisteos). El propio Brassens dice de sus comienzos poéticos: “Viví dos o tres años sin ser Villon, pero tratando de robarle algo. Es decir, cuando estaba haciendo mis humanidades, sólo pensé en Villon, y sólo por Villon, a través de Villon. Volvería a hacer sus versos, los arreglaría como quisiera, traté de empaparme de su arte. [.] Yo estaba entusiasmado también con La Fontaine, que por cierto parece Villon. Sin embargo, sólo puso música a un poema de Francois Villon llamado Ballade des damas de antaño.”
Cuando Brassens apareció, dos nombres fueron citados a menudo en relación con él: los de Aristide Briand y François Villon. Añado, en nuestro nombre, el de Paul Léautaud, el hombre libre por excelencia. En cuanto a Villon, dejamos paso a las palabras de Brassens: “Puse música a La balada de las damas de antaño. Me dijeron que Villon no necesitaba mi melodía y es cierto. Pero a través de esta melodía, la gente ha conocido y amado a Villon. Los trabajadores me dijeron que lo habían descubierto allí. Intento de extensión, entonces. Pero sobre todo un apretón de manos después de siglos.”
Siempre había visto este poema como un homenaje al amor y la belleza que ciertas mujeres pueden aportar a nuestras vidas. La mención de la Beatrice de Dante y de Flora, la diosa de las flores, estableció este tema en mi mente y supuse que los otros nombres, la mayoría de los cuales eran poco más que sonidos impresionantes para mí, también ilustraban este tema. A esta idea se une la triste constatación de que, con el tiempo, todo esto debe desaparecer.
Al hacer mi propia traducción, me he visto en la necesidad de indagar en los nombres que antes siempre había omitido, para ver por qué se encomendaban en la inspiración de Villon. A partir de ahí, pronto me desengañé de la idea de que la visión de la vida de Villon era la de la belleza y el amor. Detrás de los nombres de las damas que había elegido había ilustraciones de engaño, traición, corrupción y también de una increíble crueldad por parte de los individuos y, sobre todo, de los gobernantes y funcionarios de la iglesia y el estado. El estudio de la biografía de Villon demostró que estos eran los términos en los que el poeta había vivido su vida. Para las personas sometidas al autoritarismo arbitrario de la Europa tardomedieval, la pregunta retórica del último verso del poema de Villon era una prosaica constatación de que la vida era corta, desagradable y sin sentido: "¿Pero; dónde están las nieves del año pasado?
La Ballade des dames du temps jadis ("Balada de las damas de antaño") es un poema compuesto por François Villon que conmemora a mujeres célebres de la historia y la mitología. También es un ejemplo prominente del tema “¿Ubi sunt?". Ubi sunt es un tópico literario procedente de la expresión latina ¿Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere? ("¿Dónde están quiénes vivieron antes que nosotros?"). El tema forma parte de su obra mayor, el Grand Testament. Villon llamó a esta sección Ballade. El título des Dames du temps jadis fue incorporado por Clément Marot en su edición de 1533 de los poemas de Villon
François de Montcorbier o de Loges, llamado François Villon (nacido en 1431 o 1432 en París, desaparecido en 1463); fue un poeta francés del Siglo XV. Su creación más celebrada es “La balada de los ahorcados", escrita cuando esperaba su ejecución en la horca. Los datos acerca de la vida de François Villon son inciertos. Se dice de él que era un marginal. Quienes se han propuesto seguir su itinerario y estudiar su obra lo pintan como el más ilustre y genuino precursor de la poesía maldita. Fue encarcelado en alguna ocasión. Villon no renovó la poesía de su tiempo, sino que dio nueva vida a motivos heredados de la cultura medieval que él conocía a la perfección y los animó con su propia y original personalidad. Así, toma a contrapié el ideal cortés, invierte los valores admitidos celebrando a las gentes destinadas al patíbulo, se entrega de buen grado a la descripción burlesca o a las bromas subidas de tono, y multiplica las innovaciones en el lenguaje.
(Comentarios varios sin datar)
Ramón García Toga, de cuya adaptación tomo prestados algunos de los versos iniciales, publica algunas aclaraciones sobre las 20 damas que Villon nombra entre sus versos. Algunas no están claras y al editar el video he tenido dificultades para ponerles cara, pero son bastante indicativas de cuáles son las “mujeres de antaño” a las que se refería.
(Comentarios del autor)
“La balada de las damas de antaño” es el único poema de François Villon que musicó Georges Brassens y parece extraño porque Brassens adoraba a Villon, como se ve en “El medieval”. A cuenta del tópico literario del “ubi sunt”, Villon hace desfilar a una serie de “damas antiguas”. Se trata tanto de personajes reales (de dudosa identificación en algunos casos) como ficticios. Para la traducción he buscado los nombres castellanizados, aun a costa de aumentar las dudas sobre su identificación.
–Flora, según Boccaccio, era una famosa prostituta romana.
–Archipíada (o Alcibíades) era un discípulo de Sócrates, que en la Edad Media fue tomado por una mujer, probablemente a causa de un error en la traducción de ‘La consolación de la filosofía’ de Boecio. Como Alcibiades fue descrito por Platón como un modelo de belleza, en la Edad Media fue frecuentemente confundido por una mujer.
–Thaïs posiblemente sea santa Thaïs, una cortesana egipcia que se convirtió al cristianismo.
–Eco es la ninfa que se enamoró de Narciso junto a una fuente.
–Abelardo y Eloísa, preceptor y pupila, fueron amantes secretos y tuvieron un hijo. Él era filósofo y fue castrado por orden de Fulberto, tío de ella. Eloísa acabó de abadesa en un convento.
–Buridán es otro filósofo. Según una de las muchas leyendas amatorias que se le atribuyeron, fue uno de los amantes de la reina Margarita de Borgoña, y acabó, como todos, lanzado al Sena, si bien él se salvó porque había avisado a sus seguidores para que lo rescatasen.
–Blanca puede ser la reina Blanca de Castilla, madre de San Luis.
–Berta es la reina de los francos y madre de Carlomagno. Se decía que tenía un pie más grande que el otro.
–Beatriz es la musa de Dante.
–Ermengarda (o Haremburgis) debe de ser la hija de un conde del Maine.
–Juana, la lorenesa, es Juana de Arco.
(Comentarios de Ramón García Toga en su blog Brassens en castellano)
Georges Brassens es reconocido como un lector apasionado. Desde que comienzo su estancia en París, pasó largas horas en bibliotecas y leyó autores clásicos. Puso música a algunos poemas de sus autores favoritos. La corriente literaria no es importante para él; elige poetas de diferentes siglos. Encontramos veinticinco adaptaciones. El mayor número de textos ambientados en la música son los de Paul Fort, que sentía más próximo por la temática y por la musicalidad de sus obras. Hizo siete adaptaciones de sus poemas: Mireille, El funeral de Verlaine, Germaine Tourangelle, La Marina, El Pequeño Caballo, Como ayer y Si el Buen Dios lo hubiera querido. Luego dos poemas de cada autor mencionado anteriormente: Alfred de Musset (A mi hermano que regresa de Italia, Balada a la Luna), VíctorHugo (Gastibelza, el hombre de la carabina y La leyenda de la monja), Gustave Nadeau (Carcasona, El rey cojo) y Jean Richepin (Pájaros de paso y Los filisteos). El propio Brassens dice de sus comienzos poéticos: “Viví dos o tres años sin ser Villon, pero tratando de robarle algo. Es decir, cuando estaba haciendo mis humanidades, sólo pensé en Villon, y sólo por Villon, a través de Villon. Volvería a hacer sus versos, los arreglaría como quisiera, traté de empaparme de su arte. [.] Yo estaba entusiasmado también con La Fontaine, que por cierto parece Villon. Sin embargo, sólo puso música a un poema de Francois Villon llamado Ballade des damas de antaño.”
(Comentarios sin datar)
Cuando Brassens apareció, dos nombres fueron citados a menudo en relación con él: los de Aristide Briand y François Villon. Añado, en nuestro nombre, el de Paul Léautaud, el hombre libre por excelencia. En cuanto a Villon, dejamos paso a las palabras de Brassens: “Puse música a La balada de las damas de antaño. Me dijeron que Villon no necesitaba mi melodía y es cierto. Pero a través de esta melodía, la gente ha conocido y amado a Villon. Los trabajadores me dijeron que lo habían descubierto allí. Intento de extensión, entonces. Pero sobre todo un apretón de manos después de siglos.”
(Traducción libre de un comentario de René Fallet en George Brassens)
Siempre había visto este poema como un homenaje al amor y la belleza que ciertas mujeres pueden aportar a nuestras vidas. La mención de la Beatrice de Dante y de Flora, la diosa de las flores, estableció este tema en mi mente y supuse que los otros nombres, la mayoría de los cuales eran poco más que sonidos impresionantes para mí, también ilustraban este tema. A esta idea se une la triste constatación de que, con el tiempo, todo esto debe desaparecer.
Al hacer mi propia traducción, me he visto en la necesidad de indagar en los nombres que antes siempre había omitido, para ver por qué se encomendaban en la inspiración de Villon. A partir de ahí, pronto me desengañé de la idea de que la visión de la vida de Villon era la de la belleza y el amor. Detrás de los nombres de las damas que había elegido había ilustraciones de engaño, traición, corrupción y también de una increíble crueldad por parte de los individuos y, sobre todo, de los gobernantes y funcionarios de la iglesia y el estado. El estudio de la biografía de Villon demostró que estos eran los términos en los que el poeta había vivido su vida. Para las personas sometidas al autoritarismo arbitrario de la Europa tardomedieval, la pregunta retórica del último verso del poema de Villon era una prosaica constatación de que la vida era corta, desagradable y sin sentido: "¿Pero; dónde están las nieves del año pasado?
(Del blog “The songs of Georges Brassens”, de Favid Yendley)
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